Colombia debe fortalecer capacidades tecnológicas para garantizar la soberanía digital: Olimpia IT
Simbad Ceballos, CEO de Olimpia IT, subraya la importancia de la soberanía digital para fortalecer la seguridad y autodeterminación de ciudadanos y empresas, resaltando la necesidad de fortalecer las capacidades tecnológicas nacionales.
Desde el punto de vista económico, la soberanía digital puede impulsar el desarrollo de industrias y la creación de empleo en el sector tecnológico, pues al fomentar la innovación y el desarrollo de soluciones digitales propias, se promueve la competitividad de las empresas nacionales.
Bogotá, mayo de 2024. La soberanía digital emerge como una necesidad predominante para los usuarios virtuales actuales ya que abarca diversos aspectos como la privacidad de los datos, la innovación tecnológica y la resiliencia de los sistemas. Este concepto se refiere a la capacidad de un estado para controlar y gestionar de manera autónoma los datos y la información que se genera dentro de sus fronteras, así como regular las actividades en el ámbito digital. Esto implica tener dominio sobre la infraestructura tecnológica, las plataformas digitales y los flujos de datos, garantizando la privacidad, la seguridad y la protección de los derechos de los ciudadanos.
Ante esta situación, Simbad Ceballos, CEO de Olimpia IT, empresa especializada en soluciones digitales, destaca la importancia de la soberanía digital como un medio fundamental para garantizar la seguridad, privacidad y autodeterminación de ciudadanos y empresas en el entorno digital. Ceballos enfatiza la necesidad de que Colombia fortalezca sus capacidades tecnológicas nacionales mediante la inversión en investigación, desarrollo e innovación en áreas como inteligencia artificial, ciberseguridad y computación en la nube.
«Necesitamos fomentar el talento y el emprendimiento local para crear soluciones nacionales que nos otorguen mayor control sobre nuestra información, comunicaciones e infraestructura digital. Desde Olimpia IT consideramos esencial establecer políticas y regulaciones sólidas que protejan la soberanía digital, incluyendo la implementación de estándares de seguridad, localización de datos y diversificación de proveedores tecnológicos», afirmó Ceballos.
Este concepto surge como una acción clave de cara al cibercrimen que, de acuerdo con un estudio realizado por EY, empresa especializada en consultoría y auditoría, ha registrado costos en pérdidas superiores a los $28 billones, y se proyecta que para 2025 alcance los $43 billones. Estas cifras alarmantes incluyen diversos gastos asociados con la restauración de sistemas, pérdida de productividad y eliminación
de software malicioso, superando incluso los fondos destinados a donaciones para el desarrollo internacional.
Además, la soberanía digital no solo implica la protección de la privacidad de los ciudadanos, sino que también garantiza la seguridad nacional y la defensa contra amenazas cibernéticas. Al establecer un marco regulatorio sólido y tener control sobre los datos generados en el país, se puede salvaguardar la confidencialidad de la información personal y prevenir violaciones a la privacidad por parte de actores externos. Asimismo, el control de la infraestructura tecnológica y los flujos de datos permiten implementar medidas efectivas de ciberseguridad, detectar y prevenir ataques, y proteger la información sensible contra posibles filtraciones o accesos no autorizados, fortaleciendo así la seguridad nacional y la integridad de los sistemas digitales.
Desde el punto de vista económico, la soberanía digital puede impulsar el desarrollo de industrias locales y la creación de empleo en el sector tecnológico, pues al fomentar la innovación y el desarrollo de soluciones digitales propias, se reduce la dependencia de tecnologías extranjeras y se promueve la competitividad de las empresas nacionales. Asimismo, puede facilitar la implementación de políticas económicas y regulatorias que protejan los intereses nacionales en el mercado digital global.
Si bien este concepto presenta desafíos, como la necesidad de invertir en infraestructura y desarrollo tecnológico, así como la coordinación entre diferentes sectores y actores, su importancia es innegable en un mundo cada vez más digitalizado. Los países que logren alcanzar y mantener la soberanía digital estarán mejor preparados para proteger los derechos de sus ciudadanos, promover el desarrollo económico y fortalecer su posición en el escenario global digital.